Una la noche de verano de hace un año fui con mis padres al cine. Cuando acabó la película, teníamos que ir hasta mi casa, y luego hasta casa de mis prima, porque íbamos a dormir allí.
Al bajar por un puente, y después de haber pasado por algunos
callejones, llegamos a la mitad del puente, donde había unos chavales. Pasamos de largo, pero nos empezaron a preseguir. Comenzamos a correr, hasta que nos encontramos a Castelao comprando una Claiverman. Nos pareció un poco raro, ya que era demasiado tarde para que una tienda estuviera abierta. Nos dijo que nos pusiéramos detrás de él, cuando de repente empezó a disparar contra los chavales que nos perseguían.
Ellos se pusieron a cubierta, ya que tenían un escudo táctil. Ellos también tenían una Snigh Howk.
Cuando menos me lo esperaba, apreció Cunqueiro desde lo alto de una casa, con una bazoca aire tierra. Justo cuando iban a hacer fuego a discreción, suena una alarma a lo lejos.
Era la alarma del despertador: todo había sido un sueño.
Empecé a pensar y llegué a la conclusión de que tenía que dejar de ver tantas películas de acción y al mismo tiempo dejar de leer tantos libros de Cunqueiro y Castelao.
Al bajar por un puente, y después de haber pasado por algunos

Ellos se pusieron a cubierta, ya que tenían un escudo táctil. Ellos también tenían una Snigh Howk.
Cuando menos me lo esperaba, apreció Cunqueiro desde lo alto de una casa, con una bazoca aire tierra. Justo cuando iban a hacer fuego a discreción, suena una alarma a lo lejos.
Era la alarma del despertador: todo había sido un sueño.
Empecé a pensar y llegué a la conclusión de que tenía que dejar de ver tantas películas de acción y al mismo tiempo dejar de leer tantos libros de Cunqueiro y Castelao.
Joel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario