
Mientras esté en obras, no se puede votar por la narración de Cristian.
Blog de escrita do grupo de PDC
Yo estaba con mis amigas, y de repente escuché a alguien pidiendo ayuda. Nosotros inmediatamente llamamos al grupo SAS, una especia de guerrilleros con casco y un fuerte traje preparados para cualquier misión. Mis amigos y yo esperamos a que llegaran y mientras fuimos a ver qué pasaba, una chica gordita había bebido mucho alcohol, se desmayó y se cortó con una botella de cristal en la muñeca. Cuando llegó el equipo SAS, comprobaron que la chica estaba grave, el jefe del grupo ordenó que mantuvieran sus posiciones y estos la hicieron desaparecer. Al cabo de unos días nos llegaron noticias de la chica: si hubiera tardado dos minutos más, hubiese muerto.
Raquel.
Cuando llegamos a la casa, comenzamos a disparar con la idea de asustarlo. Pero lo que no nos esperábamos era que tuviese una patera en el embarcadero y se escapase sin darnos tiempo a reaccionar. Al final, decidimos volver a casa. Aquellas fueron unas buenas vacaciones.
Aarón.
Este verano estuve con muchas amigas en un pueblo muy pequeño a las afueras de Vigo. Allí vivía una familia humilde pero muy extraña. Nos lo estábamos pasando genial y nos apeteció ir a la discoteca. Nos encontramos a aquella familia y nos contaron que tenían un don o una maldición que consistía en que a partir de los dieciocho años ya no crecían más. Estuvimos bailando un rato pero nos aburrimos y salimos. Ellos nos persiguieron hasta que nos paramos y nos cogieron, nos taparon los ojos y nos metieron en el cementerio. Yo tenía mucho miedo. Al entrar ella había muchas tumbas, lo normal para un cementerio, pero descubrimos que había cuatro con nuestros nombres. Ellos, para poder vivir más años, con dieciocho tenían que matar a personas, mejor dicho, enterrarnos vivos.
Yo fui la única que sobrevivió porque no se habían dado cuenta de que yo era igual que ellos, pero aún más invencible.
El libro es un pájaro con más de cien alas para volar
Ramón Gómez de la Serna